Ochentera

Paseando por el blog Hace Tiempo, me he encontrado con un post para ver si eres un ochentero. Y entre otras, me he encontrado con algunas frases como estas:

Tienes más comida que cerveza en el frigorífico.
(Sí, totalmente cierto, pero si rebuscas y rebuscas y rebuscas puede que los viernes encuentres alguna)

Las 7 de la mañana es la hora a la que te levantas y no la hora a la que te acuestas.
(7 y cuarto para ser exactos. Eso sí, los sábados, si puedo el alba encuentra a Alba levantada y en la calle)

Sintonizas Radio 5, Todo noticias o Kiss FM.
(Hombre, soy más de El Carrusel u Hora 25, pero vamos... ¿Siguen existiendo los 40?)

Tus vacaciones se reducen de 130 días a sólo 15.
(Llenos de estrés, llenos de niños y encima donde a ellos les gusta)

Tus familiares mayores ahora hacen bromas acerca de sexo delante de ti.
(Pues la verdad es que no; ¿será que me ven mayor a mí?)

Estás seguro de que la mejor comida para tu perro es ‘Pedigree Pal’ en vez de las sobras de anoche.
(Es que no tengo perro, pero que conste que las sobras de anoche siguen siendo apañaicas)

Dormir en el sofá en casa de un amigo al que visitas el fin de semana es inaceptable.
(No sé. Hace más o menos 25 años que no duermo en casa de ningún amigo)

Vas a la farmacia a por Aspirinas y Antiácidos en lugar de condones.
(e ibuprofeno y antiinflamatorio y dalsy para los niños...)

Una litrona de cuarenta duros ya no es lo mejor que puedes beber.
(desde luego no es lo mejor, aunque no por ello descartable)

Tus listas de la compra ya no incluyen bolsas gigantes de Cheetos, pizza congelada y Pitusa cola para los cubatas.
(Menudos fiestorros hacia yo con la Pitusa cuando se iban mis padres)

‘Ya no puedo beber como lo hacía antes’ reemplaza al famoso ‘No vuelvo a beber nunca mas’.
(Una verdad como un templo)

La gente que empieza ahora la Universidad nació en 1990!!!
(Y eso no es lo peor. Lo peor es que ese año ¡¡¡estaba hasta casada!!!)

Al acabar de ducharte cuelgas la toalla en su sitio.
(Siempre y sin excepción y encima echo unas tremendas broncas a quien no lo haga.)

Todos tus amigos se casan sin ser de penalti.
(Los penaltis exclusivamente en la tele. Y la única boda a la vista es ya de la siguiente generación)

Vas a la playa y te puedes pasar todo el día sin bañarte.
(Y dos días y tres y los que hagan falta, con lo que odio la playa; hasta que alguno de mis hijos me arrastra al agua. Ya que tengo que estar que sea bajo la sombrilla y con un libro...)

Te puedes gastar 18 euros en un disco sin quedarte pelado el resto del mes
(Hoy mismo voy ir a cenar, al cine y a tomar copas todo en el mismo día. Ahí es na. Joer, algo bueno tenía que tener)

Los dependientes de las tiendas de ropa parecen tus hermanos pequeños
(Y lo llevo muy mal cuando me llaman señora...)

En fin, que sí que soy una ochentera estupenda y por lo tanto, entre muchas otras cosas: jugué en la calle a la goma o a la cuerda en vez de a los videojuegos, vi Heidi en blanco y negro y seguidamente aluciné cuando Marco encontró a su mamá a todo color, merendaba Bonys y Tigretones y jamás tuve una mochila con ruedas. En mi casa se podía encontrar un enchufe libre sin tener que andar quitando ninguna otra cosa. He viajado en un Supermirafiori con el maletero y la baca hasta los topes sin cinturón y sin ningún tipo de silla para niños ni aire acondicionado, durante horas para llegar a Valencia. ¡Ah! y mi primer gran amor fue Sandokan.

Y que me quiten lo bailao.