El sujetador, un arma de lucha

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Los tengo negros, blancos, rojos, morados, con encaje y con relleno, de licra, algodón o encaje, con hombreras y sin ellas, por tener tengo hasta de papel para un vestido que deja poco a la imaginación. Para el gimnasio, para estar cómoda, para no estarlo nada pero encantada de llevarlo (él más que yo). Hablo del sujetador, esa prenda íntima apreciada tanto por hombres como por mujeres, y que ha cumplido hace poco cien años. Yo me los pongo cuando quiero y como quiero. Una prenda que en su día también fue un signo de liberación de la mujer cuando en los 70 éstas se los quitaban y los quemaban exigiendo sus derechos. En ese momento fue un arma de lucha.

Hoy lo vuelve a ser, pero de la manera contraria. En Somalía, un país desolado por la guerra civil, los llamados "señores de la guerra" y sus organizaciones islámicas, tienen una nueva prohibición para añadir a las de no ver ni jugar al futbol, ver ciertas películas, bailar en las bodas o tener un tono musical en los móviles, que es que las mujeres usen sujetador, por considerarlo antinatural, un engaño y un quebrantamiento inadmisible al código religioso musulmán. Y no es una simple advertencia, no. Un hombre armado va mirando a las mujeres y aquellas que parecen tener un busto más firme de lo normal y una vez confirmado que lo llevan, son azotadas. No contentos con eso, también son humilladas en público, ya que deben sacudir sus pechos para que "vuelvan a su forma natural". Todo esto en nombre de su dios.

Para mí es un acto sencillo; abro el cajón por la mañana y pienso en cual me pondré ese día, lo cojo y me lo pongo. Ya está. A veces bromeo, sobre todo los sábados cuando le pregunto a él cual quiere que me ponga, y me río cuando escucho su respuesta de que no importa, porque no me durará mucho puesto. Lo que para mí es lo más natural del mundo, se ha vuelto a convertir en un arma de lucha por los derechos de la mujer, en un país donde siguen siendo tremendamente vulnerables, y donde los hombres imponen su moral y su dominio exclusivamente por la fuerza bruta. Terrible y penoso.




Foto: Reuters. El Confidencial

11 comentarios:

Alvaro dijo...

El mundo está lleno de locos. Es lo absurdo de las religiones. Que razón tenía Marx cuando dijo aquello del Opio del Pueblo. Pero vamos, un colocón.

Además, con lo bien que te quedannn

Bs

TORO SALVAJE dijo...

2009
y ocurre eso
No sé... podemos hablar de multiculturalidad, tolerancia y seguir escondiendo la cabeza bajo el ala o plantar de cara de una vez.
La mujer es más del cincuenta por cien de la población. Cómo podemos permitir todo lo que está pasando con ellas?

Chousa da Alcandra dijo...

Y en su obcecada obsesión se pierden el magnífico goce a dos. Jamás podré comprender como son incapaces de entender que truncando la liberación de sus mujeres, coartan su propia libertad y -si hablamos de sexo- su propio placer.
Ojalá la luz de su apelada religión les ilumine pronto y abandonen esta sinrazón que mutila libertades y cercena emociones.

Un bico con o sin sujetador!

Eugenio dijo...

Esta interpretación rancia y partidista del Corán por esta panda de impresentables es totalmente repudiable. Ya va siendo hora que estos pueblos se subleven contra la intolerancia religiosa

Juanjo Rubio dijo...

Tremendos estos islámicos. En fin...

juan rafael dijo...

Parece que tengas más sujetadores tú que yo en toda la tienda ;)

Belén dijo...

Yo siempre alucino y mucho cuando hablan de estas cosas de los musulmanes talibanes...

Engaña el sujetador?

Por dios

Besicos

La jardinera dijo...

Yo leo estas cosas y siempre pienso: ¡¡Qué afortunada por ahber nacido donde nací!!

¡Ays...!

Se me pone una mala leche cuando leo estas cosas... que prefiero no comentar.

Besos,

Dr.Mikel dijo...

Joer, si estos integristas son asi de radicales con los sujes no te quiero ni contar si en un tacto detectan una mamoplastia de aumento.

Anónimo dijo...

que no nos quiten la libertad, en nombre de nada, ni de la religión ni de la igualdad ni de nada, que no nos quiten ni una gota de libertad

Sue dijo...

Otro signo más de la estupidez humana que nos entierra, no solo a las mujeres, sino tambien a los hombres. Hay que ser muy estúpido para no darse cuenta de que privar de libertad a unos significa privar de libertad a todos.
Aún quedan tantas cosas por hacer...

Hay que luchar cada día contra esas incongruencias e injusticias. Ya está bien!

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